En la fibrilación auricular, o AFib, las dos cámaras superiores pequeñas (aurícula) del corazón laten de manera irregular y demasiado rápido. Estas tiemblan en vez de contraerse correctamente. Durante la AFib, es posible que alguna sangre no se bombee eficazmente de la aurícula a los ventrículos. La sangre que se quede puede acumularse en la aurícula y formar coágulos sanguíneos. © AHA